Navegue por el sitio para conocer todos los detalles, si tiene prisa, haga clic en el producto que le interesa!
Recetas con frutas: saludables, nutritivas y llenas de sabor
Las recetas con frutas son platos o elaboraciones en los que la fruta tiene un papel importante, ya sea en crudo, cocinada, al horno o en crema. Aunque a mucha gente le sorprenda, no hablamos sólo de postres. También existen desayunos, aperitivos y platos principales. Por ejemplo ensaladas, salsas, platos salados y muchas más formas de usarla en la cocina. Lo bueno de estas recetas es que son fáciles, rápidas y con ingredientes naturales que cualquiera puede tener por casa.
Añadir fruta en tus comidas o recetas es una forma muy fácil de mejorar tu alimentación en el día a día. Te ayuda a reducir el uso de azúcares añadidos . Por otro lado, también añade color, sabor y frescura a tus platos. También es una forma práctica de aprovechar la fruta madura y evitar que se desperdicie. De esta forma, podrás adaptar lo que cocinas a la temporada.
La fruta te aporta fibra, agua, vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita para funcionar correctamente. No se trata de comer más fruta por obligación, sino de descubrir nuevas formas de disfrutarla. En lugar de comerla sola, puedes integrarla en recetas que sean sabrosas, variadas y que realmente te apetezcan.
¿Qué frutas elegir según tus necesidades?
No todas las frutas son iguales y cada una tiene algo diferente que puede aportarte. Según cómo te sientas o qué busques en las comidas, puedes elegir una fruta diferente. Aquí tienes algunas ideas:
- Si necesitas energía rápida, apuesta por plátanos, uvas, mango o dátiles. Son frutas con carbohidratos naturales que ayudan a activar el cuerpo y perfectas para antes de entrenar o como snack entre horas.
- Para mejorar la digestión, elige piña, papaya o kiwi. Son frutas que contienen enzimas digestivas naturales y suelen sentar bien tras las comidas más copiosas.
- Si estás cuidando tu dieta, las manzanas, peras y frutos rojos son una gran opción. Tienen pocas calorías y mucha fibra que ayudará a saciarte.
- Para hidratarte y refrescarte en verano, nada como melón, sandía, ciruelas, nectarinas o paraguayos. Están llenas de agua y ayudan a reponer líquidos.
- En las épocas más frías, los cítricos como naranjas, mandarinas o pomelos son perfectos. Te darán un extra de vitamina C para reforzar las defensas y el sistema inmune.
Tampoco hay que olvidarse de las frutas de hueso, como los melocotones, albaricoques o platerinas. Son perfectas para cocinar al horno, hacer compotas o usar en tartas. Y las uvas de mesa, que son muy versátiles: puedes añadirlas a una ensalada, hacer brochetas con queso o usarlas para decorar postres
Recetas con frutas para platos dulces y salados
Lo mejor de la fruta es que puedes añadirla en todas las comidas del día. Desde que te levantas hasta la cena hay diferentes formas de usarla. Y lo mejor es que cada tipo de receta cumple una función distinta: algunas aportan energía, otras refrescan, otras sorprenden… pero todas tienen algo en común: se preparan fácil y saben bien.
Los desayunos con frutas son una de las formas más prácticas de empezar el día de forma saludable. Te ayudarán con un aporte energía natural y a evitar los antojos de media mañana. Por ejemplo. un porridge de avena con fruta troceada, una tostada con plátano y crema de cacahuete o un yogur con frutas de temporada y semillas son solo algunas opciones que combinan sabor y nutrientes sin complicaciones.
En el caso de los aperitivos o entrantes, la fruta puede ser ese ingrediente inesperado que da frescura y color a toda la mesa. Si por ejemplo añades uvas o albaricoques a una tabla de quesos, preparar brochetas con frutas y jamón, o incluir manzana o melón en una ensalada sencilla puede marcar la diferencia. Son pequeñas combinaciones que marcan una gran diferencia. Sorprenderás a los tuyos y romperás con lo de siempre.
También hay platos principales que incorporan fruta. Aunque no es lo más habitual, con tan solo probarlo una vez ya cambiará tu forma de ver la cocina. Por ejemplo, hay recetas como pollo con salsa de mango, cerdo con manzana, tacos con piña o ensaladas completas con ciruelas y frutos secos que son perfectas para una comida ligera pero diferente. La fruta en este caso aportará contraste y suavizará otros sabores, sobre todo en platos más salados.
Por supuesto, no pueden faltar los postres con frutas que van mucho más allá de la clásica macedonia. Puedes hacer crumbles, tartas, sorbetes, compotas o bizcochos en los que la fruta es mucho más que decoración. Y lo mejor es que puedes adaptar cada receta según la fruta que tengas en casa, usando desde ciruelas maduras hasta restos de manzana o nectarinas que están a punto de pasarse.
Desde ya, te decimos que la clave está en atreverse a probar. No hace falta seguir una receta exacta: si tienes fruta, puedes crear algo rico en cualquier momento del día.
Consejos para sacar el máximo partido a la fruta en tus recetas
Para que tus recetas con fruta salgan bien y los demás las disfruten de verdad, no basta con elegir la primera fruta que veas. Hay pequeños trucos que pueden marcar la diferencia, tanto en sabor como en textura. Uno de los más importantes es usar fruta madura. Muchas veces descartamos piezas que están demasiado blandas o con la piel un poco arrugada, pero justo esas son las que más sabor tienen. Si están muy maduras, úsalas en smoothies, compotas, mermeladas caseras o incluso como base para un bizcocho.
También es clave elegir fruta de temporada ya que además de ser más barata estará en su mejor momento. Esta fruta tiene más sabor, mejor textura y menos necesidad de tratamientos postcosecha. Cuando comes fruta de temporada también estás variando tu dieta a lo largo del año de forma natural. Esto te ayudará con un aporte diferente y variado de nutrientes.
Otra forma de aprovechar bien la fruta es congelarla en casa. Si ves que no vas a usarla toda a tiempo, puedes pelarla, trocearla y congelarla tanto en bolsas como en tuppers. Esto te permitirá tener siempre fruta lista para hacer helados, batidos, tartas o añadir a un porridge. Es especialmente útil para frutas como el plátano, las fresas, las uvas o el melocotón.
Cuando prepares una receta, piensa también en las texturas. Si estás usando frutas blandas como melocotón, higos o plátano, puedes compensar con ingredientes crujientes como frutos secos o cereales. Este contraste hace que cada uno de tus bocados sea más interesante. Y si haces una receta con frutas muy dulces, como mango o uvas, puedes equilibrar con toques ácidos o frescos como limón, yogur natural o hierbas aromáticas como menta o albahaca.
El orden en el que se añade la fruta también importa. Por ejemplo, si horneas un bizcocho, es mejor añadir la fruta al final para que no suelte demasiado líquido. En ensaladas, es preferible añadirla justo antes de servir para que no se oxide ni reblandezca los ingredientes.
Y por último te animamos a que experimentes con sabores que no sueles mezclar. A veces las combinaciones que no parecen obvias son las que más sorprenden: ciruelas con queso curado, uvas con lentejas, melón con pepino… La fruta bien usada puede transformar recetas sencillas en algo diferente sin necesidad de técnicas complicadas ni ingredientes raros.
Con estos consejos cualquiera de tus recetas con fruta puede pasar de algo básico a algo especial. ¿Y lo mejor de todo? Sin perder tiempo ni complicarte en la cocina. La clave está en observar lo que tienes, adaptarte y atreverte a probar sin miedo.