La uva sin semillas es hoy en día una fruta común y no se considera como algo extraordinario, pero si nos remontamos dos o tres décadas no era común poder adquirirla o imaginar que sería posible disfrutar de frutas desprovistas de sus semillas y manteniendo todas sus propiedades beneficiosas y delicioso sabor.
Este ha sido el resultado de años de investigación y cruce de variedades de uva. Su origen se remonta a finales del siglo XIX, cuando los viticultores comenzaron a experimentar con la selección y cruces de diferentes cepas de uva para experimentar con sabores, formas y, por supuesto, investigar si dentro de la variedad genética con la que trabajaban cabía la posibilidad de descubrir una variedad sin semilla, y así fue. Estos cruces implicaron la combinación de uvas de mesa y uvas de vinificación, buscando un equilibrio entre el sabor dulce y la ausencia de semillas, consiguiendo un resultado claramente más competitivo en el mercado de la uva.
El desarrollo de la uva sin pepitas
El desarrollo de la uva sin pepitas fue un proceso largo y meticuloso. Los criadores de uva trabajaron arduamente para seleccionar las cepas que mostraban las características deseadas: un sabor dulce y jugoso, una textura agradable y, por supuesto, la ausencia de semillas. A través de la hibridación y selección cuidadosa, finalmente lograron crear las variedades de uva sin pepitas que conocemos hoy en día.
Uno de los hitos más significativos en este proceso fue la creación de la variedad «Thompson Seedless» en California a finales del siglo XIX. Esta variedad se convirtió en un estándar en la industria y sirvió de base para el desarrollo de otras variedades sin pepitas en todo el mundo.
La llegada a España de las uvas sin semilla
La uva sin pepitas empezó a conocerse y comercializarse en España en el siglo XX. Los viticultores españoles vieron el potencial de esta variedad y comenzaron a cultivarla en varias regiones del país, especialmente en zonas de regadío en la zona sur y la costa mediterránea. Uno de los pioneros en la introducción y promoción de la uva sin pepitas en España fue el agricultor Rafael Cordero, que comenzó a cultivarla en la región de Almería en la década de 1960. Su visión y esfuerzo ayudaron a popularizar esta variedad en el país y a establecer a España como uno de los principales productores de uva sin pepitas en Europa.
En la actualidad, España es uno de los principales productores de uva sin pepitas en Europa, con regiones como Almería, Murcia y La Mancha destacando por su producción. La uva sin pepitas española se exporta a numerosos países y se ha convertido en un componente esencial de la industria de la fruta fresca. Por nuestra parte, desde El Ciruelo llevamos más de 25 años cultivando uva sin semilla, siendo pioneros y poniendo al alcance de todos los hogares variedades sin semillas de la máxima calidad como la Sugraone.
La Región de Murcia se ha erigido en la región productora de uva de mesa por excelencia, y es que en esta comunidad autónoma se produce el 70% del total de las producidas en España. Esta apuesta por un producto revolucionario manteniendo toda la calidad viene de lejos, y es que, en el año 2002, las principales empresas productoras de uva de mesa fundaron Investigación y Tecnología de Uva de Mesa. Esta empresa nación con la intención de experimentar y crear variedades propias de uva sin semilla, que permitiesen a las empresas regionales producir sus propias variedades. Se producen, anualmente, entre 12 y 15.000 nuevas hibridaciones de especies entre las que se seleccionan las nuevas variedades de uva.
Éxito comercial y datos actuales
La uva sin pepitas ha experimentado un gran éxito comercial en todo el mundo. El consumo de uva sin pepita en España ha llegado a alcanzar el 70% del total de uva, un dato muy representativo de las preferencias de los consumidores, especialmente si tenemos en cuenta que hace 10 años su producción se destinaba principalmente para la exportación, y su consumo a nivel nacional no era tan significativo.
Su sabor agradable y la comodidad de no tener que lidiar con las semillas la convierten en una opción popular entre los consumidores. Además, su versatilidad la hace adecuada tanto para el consumo fresco como para la elaboración de productos como pasas y jugos.
En cuanto a los datos actuales, España sigue siendo uno de los líderes mundiales no solo en la producción de uva sin pepitas, sino también en el número de especies y licencias para su cultivo en Europa. La producción anual de uva sin pepitas en el país supera las decenas de miles de toneladas, y la exportación a países de la Unión Europea y más allá es una parte importante de la economía agrícola española.
Para finalizar nos gustaría destacar que la uva sin pepitas es un ejemplo de cómo la investigación y la selección cuidadosa pueden dar lugar a una variedad de uva que combina sabor y comodidad. Su desarrollo y evolución comercial en España han sido notables, gracias al trabajo agricultores y empresas, como El Ciruelo, que se han esforzado por conseguir un producto inmejorable y lo han llevado más allá de nuestras fronteras, dando a conocer nuestros productos por medio mundo.
Hoy en día, la uva sin pepitas es un producto apreciado tanto a nivel nacional como internacional, y España desempeña un papel clave en su producción y distribución. Con su dulzura y ausencia de semillas, la uva sin pepitas sigue conquistando paladares y manteniendo su posición como una de las variedades de uva más populares en todo el mundo.