Es muy común que cuando vamos al supermercado o a una frutería no sepamos bien cuáles son las frutas más jugosas o las que nos van a aguantar unos días en el frigo para poder disfrutarlas durante la semana. Cada temporada tiene sus frutas y verduras (lo que muchas veces se intuye más por el precio) y debemos ser compradores inteligentes para saber elegir la fruta más sabrosa.
Siempre que estemos comprando fruta nos fijaremos en cómo es su piel, en el caso del melocotón o el paraguayo buscaremos las piezas con más pelo, dado que son las que menos han sido manipuladas y eso es muy buena señal. En frutas como la uva, la ciruela, la nectarina o la platerina buscaremos que no haya ningún tipo de «herida» ni rozaduras, dado que su piel es fina y sensible y al mínimo golpe se marca.
El tacto de la fruta es el segundo aspecto para evaluar y también nos dice mucho, es muy revelador en el caso de la nectarina y el melocotón. La pieza debe ser compacta y firme, cuanto más pese más jugosa será su carne, además si notamos que la piel se hunde levemente al presionarla es porque está maduro y listo para comérnoslo en los próximos días.
Si los dos primeros puntos estaban bien toca la prueba de fuego: el olfato, el olor de la fruta debe ser intenso y natural. Nuestro olfato es la base de nuestro gusto, y El Ciruelo garantiza un aroma intenso e inconfundible en todas sus frutas, además de una calidad inigualable en todos sus productos.
Para terminar, debemos tener en cuenta que existen frutas climatéricas, lo que significa que siguen madurando después de su cosecha, y por lo tanto maduran en la estantería de la tienda y en nuestros frigoríficos. Ejemplos de frutas climatéricas son el melocotón, el albaricoque, el paraguayo, la nectarina o la ciruela. Y como no climatéricos tenemos la uva o la cereza. Esto es fundamental a la hora de seleccionar las piezas de fruta pensando si las queremos consumir en los próximos días o si por el contrario es mejor dejarlas unos días madurando hasta su punto óptimo.